La Magia de Escuchar la Voz de Dios en el Silencio. Calma y Confía.
- Omayra Jiménez
- hace 13 minutos
- 2 Min. de lectura
En estas últimas semanas, he estado practicando algo que ha cambiado mi manera de vivir: silenciar al “chuki”, esa vocecita interna que muchas veces viene cargada de miedo, ansiedad, dudas o críticas.

En su lugar, me he enfocado en escuchar la voz más hermosa de todas: la voz de mi interior, la voz de Dios hablándome a través del Espíritu Santo. Es una voz que no grita, pero que lo llena todo de paz. Una voz que me susurra con ternura:
“Calma… Todo estará bien. Calma… Yo siempre he estado contigo. Confía, lo que ahora no entiendes, lo entenderás en el tiempo perfecto: en el tiempo de Dios.”
En este espacio de quietud, he comenzado a sentir una conexión más profunda con lo espiritual. La paz se ha vuelto más que un estado, se ha vuelto mi casa. La armonía y el autocuidado se han convertido en el centro de todo lo que soy y todo lo que hago.
Y en este camino de volver a mí, el Face Yoga ha sido un gran descubrimiento. A través de esta práctica tan amorosa, he aprendido a interpretar lo que mis gestos me están diciendo. He aprendido que una sonrisa no solo transforma el rostro, sino que también puede recordarme cómo me creó Dios: bella, luminosa y completa.
Antes, ni siquiera con la escritura lograba este nivel de conexión. Pero hoy, puedo mirarme al espejo y ver más allá del reflejo. Puedo ver a la hija de Dios que soy.
Sé que a veces no es fácil controlar los pensamientos. Vienen, van, se cruzan, nos confunden… pero sí podemos elegir nuestros gestos. Y a través de ellos, sanar el alma.
Porque cuando esa relación con Dios se vuelve viva, íntima y verdadera… ocurren milagros. Es en este espacio donde nacen los aprendizajes más valiosos. Es aquí donde renaces para:
Vivir con más amor.
Con más gratitud.
Y con más simplicidad.
Si sientes ese llamado interior a reconectar contigo, a escuchar esa voz amorosa y vivir esta transformación que también yo estoy experimentando.
Con amor
Omayra
Comments